Calefacción para la piscina

Tener una piscina en el jardín de la casa es una inversión importante. Aparte del gasto de construcción se tienen que tener en cuenta otros temas, como: la ocupación de un espacio considerable en el jardín, el gasto anual en productos químicos, el consumo de electricidad para el filtrado y el trabajo necesario para mantenerla impecable. Cuanto más se use la piscina, más amortizada estará, pero para ello es necesario tener una temperatura del agua agradable, la cual suele depender del clima. Esta temporada no suele ser de más de tres meses, normalmente en verano. Gracias a los avances tecnológicos, usando calefactores se puede disponer de la piscina casi todo el año.

Son sistemas muy seguros, y ofrecen las siguientes alternativas: una instalación simple, larga vida útil, bajo consumo y que sea resistente a la intemperie. Existen varias formas de calentar su piscina:

Calentador solar: mantiene la piscina entre 80º- 85ºF con energía solar. Calentador eléctrico o bomba de calor: mantiene la piscina entre 80º - 90ºF. Si durante el día la temperatura es de 45º F o más el calentador calienta la piscina llueva o haga sol.

Calentador de gas: mantiene la piscina entre 80º- 90º F, al 75-95% de rendimiento. Es una buena opción si la piscina tiene que mantenerse caliente bajo cualquier circunstancia.

Energía solar Los elevados costos de las energías convencionales, unido a la prohibición de la legislación actual, y el saber que no se está contaminando, hacen atractivo el uso de la energía solar en este tipo de instalaciones.

El calentamiento de la piscina por medio de este sistema tiene las siguientes ventajas:

Con un calentador solar de bajo coste, sin cubierta de vidrio y sin aislamiento, ya se puede conseguir un buen calentamiento del agua, se puede aprovechar la bomba usada para el filtrado del agua para impulsar el agua a través de los paneles solares, y la misma piscina sirve como depósito de almacenamiento de energía.

Los colectores solares para calefacción de piscinas suelen instalarse sin recubrimiento normalmente por encima del techo, por lo que tienen que estar hechos de materiales plásticos resistentes a los rayos UV del sol. Los materiales más usados son el polipropileno y polietileno. Los cambios que deben realizarse para adaptar a un sistema solar suelen ser sencillos.

Se suelen utilizar placas de polipropileno flexible, ligeras, resistentes y duraderas extendiéndose en zonas expuestas al sol. Por dentro de ellas circula el agua de la piscina. Estos colectores necesitan un mantenimiento mínimo, no hay riesgo de corrosión y suelen venir con todos los elementos para unirse con el circuito existente de la piscina.

Se usan colectores solares planos con efecto invernadero para conseguir mejores rendimientos en ambientes fríos. Dentro de ellas circula un fluido calor portador anticongelante, que recoge y aumenta la temperatura del sol pasándosela al agua.

La piscina es la instalación donde se consigue más rendimiento con la energía solar, por lo que la inversión se amortiza muy rápidamente. Los rendimientos son superiores al 80%.